En el pequeño pueblo de Roda de Isábena y con apenas una cincuentena de habitantes en la actualidad, se halla una parte de la historia de Aragón y el que fue el centro religioso más importante de la Ribagorza, la catedral de Roda.
La catedral de Roda presenta planta basilical de tres naves y queda completada por un presbiterio -elevado sobre criptas y zonas colmatadas- y por tres ábsides. Sin embargo, esta catedral no es sino el resultado de un largo proceso de trabajos, iniciados a partir del año 1010 en estilo románico.
Adosado al muro norte de la catedral se desarrolla un amplio claustro románico de planta rectangular abierto a un patio central mediante arquerías. Los capiteles de sus columnas fueron sumariamente esculpidos: no presentan más que una sencilla decoración de tipo floral, animalístico y geométrico. En los últimos años del siglo XII, y fundamentalmente a lo largo del XIII, en las piedras del claustro se fue esculpiendo un largo necrologio, destinado a evocar la memoria de los bienhechores de la catedral.